Mi experiencia durante las 3 semanas de viaje fue realmente extraordinaria. En Taizé tuve la oportunidad de rezar en comunidad y de sentirme parte de la misma; para mí fue increíble ver personas de todas las confesiones del cristianismo cantando las mismas canciones y alabando de la misma forma sin importar las diferencias de pensamiento.

También sentí una paz muy profunda, la cual no es usual para mí, pero me encantaría volverla a experimentar. En la Pre-Jornada, me fascinó ser parte de una familia Polaca, que aunque no duramos mucho tiempo juntos, el amor y aprecio que les tengo a mi «hermana» y «mamá» polacas es inmenso. Las actividades que realizamos en Niepokalanów fueron realmente divertidas. Durante esa semana tuvimos la oportunidad de descubrir más sobre la cultura polaca.

Y finalmente durante la Jornada Mundial de la Juventud tuve la gran oportunidad de ver y oír al Papa Francisco hablar. Las catequesis me enseñaron mucho sobre la misericordia y como ponerla en práctica. Las actividades generales fueron realmente impresionantes, el ver a personas de todos los rincones del planeta rezando en su idioma natal y celebrando a Jesús de verdad que me dejó pasmada. Éramos realmente la Juventud del Papa. De verdad esta fue una experiencia que me encantaría repetir.

– Por Laura de la Rosa